
Cuadro a cuadro tengo en mi mente la imagen de aquel 2006 cuando una mujer, la primera de Chile y de Sudamérica, recibía por mandato popular la banda presidencial. Bajo el eslogan “Estoy contigo”, Michelle Bachelet- MB- abrió las puertas de La Moneda y le dio motivos de orgullo a más de 8 millones de mujeres chilenas, traspasando la barrera de izquierdas y derechas.
Sin dudas, registrar visualmente esta osadía fue todo un desafío. “Todas íbamos a ser reinas, pero escogimos ser presidenta” MB, es el título de un archivo visual de la ganadora del Altazor 2010 Kena Lorenzini. Qué mejor que ella -psicóloga, feminista, fotógrafa, luchadora de los derechos de las mujeres y dueña de una lengua afilada con su programa Humanas, por el cual han pasado la mayoría de los políticos.
Atrevida, osada y creativa, es la definición básica y más directa de un libro que irrumpe con imágenes en la vida privada de la Presidenta Bachelet desde sus primeras páginas: Su cabello, cartera, carnet de identidad, el blackberry de uso familiar, su collar de perlas, libros, trajes, retratos de escritorios, su familia. Simplemente Michelle.
El impacto provocado por esta mujer del signo Libra que irrumpió en la política nacional como Ministra de Salud, luego en Defensa, con un carisma y una simpatía nunca logrados por un político. Una altísima votación -el 53.49% de lo votos- y con el mayor de los índices de aprobación ciudadana de un 83% al momento de dejar su mandato.

Pero gobernar no es fácil y quizás faltó reflejar eso en las imágenes. Su mandato lo termina con el dolor de 521 muertes tras un terremoto y un tsunami, el quinto más grande del mundo.
Sumando y restando, al final la confianza, credibilidad y liderazgo priman a la hora de referirse a la ex Jefa de Estado. Madre, hija y abuela, simpática, carismática, buena moza, son las cualidades cuando nos expresamos de la mujer. La Doctora Bachelet, políglota, es el ímpetu desde su lado profesional. Exiliada, torturada junto a su madre, con un novio detenido-desaparecido, hija de un general asesinado en la dictadura, son todos aspectos que forman parte de su historia desde el dolor. Separada, agnóstica, socialista, en definitiva una mujer de carne y hueso.
Con una carrera política presidencial envidiable para todos los políticos, ahora parece evidente que en esa oportunidad la Presidencia tenía nombre de mujer. Utilizando los recursos técnicos perfectos para lograr comunicar una campaña tal cual la vimos en la TV, Kena Lorenzini transmite su admiración en las páginas del libro. El blanco como eje de su imagen, el branding, el merchandising, la publicidad, su slogan “estoy contigo” y también la mejor publicidad antibachelet que se enviaba vía mail. Ningún detalle se le escapa a esta fotógrafa que siguió paso a paso a Bachelet.
Revisando el libro y analizando las imágenes logradas por esta artista visual, más allá de una posición política, es un recorrido de seis años de recuerdos, acontecimientos y [email protected] que ya no están.
Tras largos años de postergación de las mujeres, se llega al hito más importante de esta odisea con una mujer como Presidenta tras doscientos años de patriarcado, porque, tal como lo señala Kena en su archivo visual, “hoy nadie puede intentar gobernar sin las mujeres…”
El relato gráfico de esta mujer es historia, un privilegio, fascinante y emocionante. Kena, tal como se declara, es una “voyerista Bacheletista”, pero exhibe además una técnica que hace gratificantes estos registros.
Este archivo finaliza con la despedida y el cariño de la ciudadanía. Acabando el sueño de nosotras las mujeres y retornado al mandato de un hombre otra vez.
La perfección no existe. Bachelet tuvo asertividad y errores, a ratos malos asesores del llamado segundo piso, una primera etapa que destruye la paridad por complicaciones políticas propias de los partidos y decisiones que hasta hoy pasan la cuenta a [email protected] [email protected].
Al revisar el libro, estudiar y analizar las imágenes, remontarme a su gobierno, reevaluar el gabinete de sus 4 años, recordar aquel 27F, volver a ver el vídeo de la ONEMI, concluyo que el error más grande que cometió la Presidenta Bachelet fue “No” terminar con los mejores a su lado, por que todos los que flaquearon en acción, decisión e información partiendo, por la Armada, (SHOA), Instituciones y autoridades son comandadas por… hombres.
Kena se atrevió a plasmar la vida de la mujer más importante de la historia de Chile y del siglo XXI de nuestro país. “Todas íbamos a ser reina” es un archivo visual imprescindible.
Columna publicada en El Post 16/03/2011