
¿Por qué celebrar y recordar?
Roberto Matta es uno de los principales artistas nacidos de nuestra tierra. Qué duda cabe. Considerado un genio de la pintura, la escultura, el dibujo y el grabado que fue una de las mayores figuras de la cultura del siglo XX. Fue lo que podríamos denominar un artista completo: Arquitecto, pintor, filósofo, poeta y, sobre todo, un artista comprometido con la sociedad.
Uno de los más grandes del surrealismo mundial. Cada pintura es una historia sin fin, que nos describe en un lenguaje abstracto y con trazos que denotaban la permanente crisis de la condición humana una de las más contundentes propuestas de libertad y creación de las artes plásticas del siglo XX.
Como bien plasmó en sutiles palabras el poeta Gonzalo Rojas: “Matta y su siglo XX que todavía duerme con nosotros. Matta y sus siglos más allá de todo lo efímero, volcán siempre encendido; entero, cervantino, hechicero. Fue más tierra que cuantos vi, más rotación, más traslación que nadie: pintó, rió, voló, humor y lozanía, padeció como todos los dioses y resucitó, como se dice, entre los muertos”.
El próximo 11 de noviembre Roberto Matta cumpliría 100 años. Los chilenos festejaremos en grande, mientras que España, Francia e Italia también se sumarán con exposiciones de sus grabados, pinturas y esculturas.
Estudiosos de su obra lo han definido como Matta el cósmico, el espacio como tema principal de su obra, ejecutado en engrosamiento de líneas, capas profundas y espesas manchas. Hoy donde en algunas circunstancias especiales ha primado la numerología, nos damos cuenta que el artista nació el 11 de noviembre de 1911, es decir el 11 del 11 del 11 y este año calendario nos toca su centenario. No siendo expertos en esta, gran casualidad si pensamos en la atracción del artista hacia el universo en el cual basaba sus obras, dando energía y fosforescencias que expresan el comportamiento psíquico del individuo en su relación con el cosmos. Preocupado por la estética realizada de una constelación de las situaciones simultáneas intersectada por ejes y planos.
Una faceta menos conocida es la de su capacidad de escribir, sostuvo una estrecha relación con Octavio Paz y Gonzalo Rojas. Sus ideas en su estilo surrealistas como “Verbo en América”, que pronto llevaría a una serie de litografías del mismo nombre y que hoy está albergada en la Estación del Metro Quinta Normal. Su palabras llevaron al grupo Quilapayún a componer música a su intervención en el Encuentro de Solidaridad con Chile, realizada en Thorum en 1979.
El maestro Matta tenía la cualidad de hablar a través de sus pinturas, con un lenguaje de interpretación difícil. Como él señalaba, lo fácil es simple, el desafío para el espectador es lo difícil. Su obra es amplia, visual e intelectualmente y siempre traspasó el mundo real. Quizás su apuesta era crear una historia desde la imaginación y construir un lenguaje plástico que, a juicio de sus pares, lograba el perfecto equilibrio entre las formas y las ideas.
Pionero en la técnica de crear a través de un computador, por medio del empleo de un lápiz electrónico que hacía de pincel, su propósito era modificar las formas de tal modo que comenzaran a desarrollarse por sí mismas. Esa era su fascinación.
Matta decía que “hay quedarse con la casualidad. De lo contrario te quedas con las cosas que sabes, estamos rodeados de invisible. Hay que dejar entrar el error y sacar provecho. Si lo dejas escapar, se pierde”.
A todas luces, el dibujo electrónico del artista es un nuevo lenguaje que todos ocupamos hoy en día, plasmado en dibujos y sombras mattianas exactas a la del dibujo en papel. La computación para Matta era interesante, ya que lo fundamental de su obra es el dinamismo, el que los expertos denominan como movimientos continuos.
Créditos APECH: Carola Ramírez, Alex Chellew, Ruperto Cádiz, Sergio Lay.
Columna publicada en El Post 11/03/2011 (modificada para alrringo.cl)