A todas luces este titular no es digno de una semana llena de fraternidad y solidaridad, como esperábamos todos para nuestra querida Teletón, ni tampoco ad portas de la fecha más importante para las familias de Chile, como es la Navidad.
El título está en el lenguaje de las redes sociales, porque el tema del Chile real que esta semana invade los comentarios de muchos, es bajo el mensaje de #despidoschile. Esto va de la mano de las negociaciones del sector público para los reajustes de sueldos, junto a los paros y huelgas, todos parte de nuestra “cultura social”.
Hacer un recuento de los afectados en este instante es imposible. Lo cierto es que los despidos de la administración pública, ya no se tratan solamente, como bien lo explicó Patricio Zapata en El Post, de las herencias del gobierno anterior, sino que obedecen al diseño del estatuto administrativo.
Los despidos son con el fin de “mejorar el funcionamiento del Estado”, palabras poco felices nuevamente de la Ministra Von Baer –#laEna– quién además señaló “tenemos que cuidar el dinero de todos los chilenos”.
Sin embargo, y aquí esta la contradicción, los presupuestos de los servicios públicos para el 2011 vienen aumentando sus recursos para los contratos a honorarios entrantes, y los salientes son cupos de “profesionales”. Es entonces un recambio mal entendido por el gobierno de turno y eso es inexperiencia comprobada. Como en el fútbol salen unos y entran otros – a veces peores-. A modo de ejemplo, solo en el Consejo de la Cultura en RRHH, los dineros aumentan de M$ 6.891.098 el 2010 a M$ 8.270.955 para el 2011. Al mismo tiempo aumenta la dotación máxima de la institución de 385 a 459 personas, y las funciones críticas de 12 con 103 millones de pesos a 15 con 165 millones. Claramente el aumento de recursos para funciones críticas no resulta proporcional al aumento de cupos.
Entonces ¿qué esta pasando con nuestra “cultura y ética social”?, si escuchamos de parte de autoridades y de la ciudadanía frases como “están muy bien los despidos”; “estos funcionarios públicos no merecen reajustes”; “otra vez hacen huelga”; “qué lata los paros porque no puedo hacer mis trámites”. No se cuentan a los que se quejan con los amigos con frases como “me saco la mugre y no me suben el sueldo”; “hago más pega que el de al lado y él gana más”; “con mi familia no llegamos a fin de mes”; “todo sube y el sueldo es el mismo”; “gasto mucha plata en llegar a la pega” o “mi trabajo es miserable”.
¿Dónde están esos derechos y los resguardos de los trabajadores que todos anhelamos para lograr la equidad de un Chile mejor?. ¿Dónde hay un Manuel Bustos, un Cardenal Silva Henríquez, que defiendan los derechos de los trabajadores?. ¿Dónde está esa solidaridad del Padre Hurtado, la que parece florecer solo cuando hay desgracias o con la “Teletón”?
¿Cómo educamos a nuestra población en el resguardo de sus derechos que hoy parecen olvidar, sepultando al mismo tiempo la solidaridad de la que nos ufanamos?. ¿Dónde están los medios investigando y reporteando lo que pasa, si también tienen negociaciones colectivas, y reclaman que los rostros se llevan todo el sueldo y no hacen nada?
Este es el “Chile real”, estamos el descueve y como hay una disminución del desempleo de acuerdo a la encuesta del INE, el 3.7 de reajuste es más que suficiente para el sector público -con eso les alcanza perfecto – ¿hasta que nos toque a nosotros? #despidosChile – ¿qué es Twitter?. Los que hacen paros y huelgas de hambre son unos ineptos que estancan al país. Que los pobres hagan las colas para comprar los productos de la Teletón y se metan la mano al bolsillo.
Y a todos los que despidieron esta semana y quedan cesantes, que tengan una ¡Feliz Navidad!
Columna publicada en El Post 30/11/2010