Aprobado el proyecto de Ley de Televisión Digital por la Cámara de Diputados, el cual en definitiva modificó la industria de la televisión y deja en veremos a las audiencias con la no gratuidad de la TV Digital – TVD .
Varios gallitos se jugaron, por una parte los diputados aprobaron el artículo “31 A”, que autorizará a los actuales operadores a cobrar por el 50% de su capacidad de transmisión, es decir y sin dobles interpretaciones no habrá TVD gratis.
Por otra y en una decisión insólita, se decidió que no habrá medición de audiencias, tras eliminarse el people meter, aspecto que generará una modificación importante en la industria del broadcasting, cuyo fomento depende del pago de la publicidad. Si no se mide el impacto de esta, los avisadores tendrán que tomar decisiones a ciegas. En otras palabras, la extinción del people meter, que marca tendencias para el manejo de las audiencias respecto de los contenidos audiovisuales, significará poca transparencia, aspecto que al parecer no pensó la diputada María Antonieta Saa con esta indicación de su propuesta. Por lo que, ahora existe la obligación de crear otro sistema de medición que ojala no sea en una perspectiva económica aplicada.
Cabe destacar además la discriminación de las concesiones formuladas en la aprobación de los artículos I y II transitorios ya que los grandes operadores no necesitarán concursar para obtener una señal digital, marginando aún más a los canales regionales y comunales.
Hay que rescatar que en buena hora se aprobaron las modificaciones al Consejo Nacional de Televisión – CNTV- las cuales son asertivas pero no concluyentes, este debió profundizarse en su totalidad desde una nueva orgánica.
De igual modo, aumentar cuatro horas la programación cultural respecto al estado actual no es avance ni solución, mientras no se defina el concepto de Cultura en “producción nacional” y “cultural” que debe incidir y ayudar a la programación de la TV. La cultura “no es fome ni aburrida” como mal apuntan los canales y audiencias a esta. Es preocupante que se pueda llegar a cumplir este propósito con la TVD y de pago, entendiendo que en la actualidad para la TV abierta pagar la multa por no cumplir con las horas estipuladas de cultura es como tomarse un “pisco sour”.
Como bien afirma Denis McQuail en su libro “Introducción a la teoría de la comunicación de masas”, los medios de comunicación “revisten una importancia considerable -y todavía en aumento- en las sociedades modernas”. Hoy se tuvo en el legislativo la posibilidad de avanzar hacia la TV del futuro, democratizarla considerando las necesidades y aspiraciones de las audiencias del siglo XXI pero se desperdició.
Sin embargo, lo más grave en este Proyecto de Ley de TVD es llegar a un acuerdo nacional sin participación real ciudadana y ong’s que conocen y estudian el tema, lo que es un asunto de nunca acabar en los Proyectos de Ley que le interesan y afectan a la población.
Ahora habrá que estar al pendiente del actuar del Senado, ya que lo visto en la discusión de la Cámara de Diputados y ante los comentarios hechos por los protagonistas en twitter, se pudo constatar que los *parlamentarios, aparte de un poco mal informados, no estuvieron a la altura de las circunstancias de una sesión de un Proyecto de Ley que define como será nuestra televisión futura.
En conclusión, dos años de paupérrima discusión, desafortunadas decisiones en tres comisiones y con un apuro que nunca debió exigirse por parte de este Gobierno. Ahora el Proyecto de Ley queda en manos de la Comisión de Transporte y Telecomunicaciones del Senado, integrada por los senadores Chahúan, Girardi, Novoa, Pizarro y Prokurica, la misión de los honorables es revertir las falencias que debe centrarse en lo inmediato en estudiar a cabalidad las implicancias de la TVD, pensando en el país, las regiones que representan y votar en conciencia, a beneficio de la comunidad nacional y no del empresariado de la televisión.
Con todo, lo ocurrido no es nuevo, ya lo habíamos advertido acá en El Post, al comentar que “no hay apuro en la TVD” , más aún después de ver el nivel de desinformación que existe tanto en el legislativo como en la ciudadanía. Hoy el Proyecto de Ley de TVD esta con urgencia sin embargo hay que considerar el refrán “más vale tarde que nunca”. Esa es la preocupación.
En definitiva ¿triunfo o fracaso? la señal es clara, hablar de TVD es largo y complejo con varias aristas importantes para toda la ciudadanía, por lo que del CNTV, TVN y los demás aspectos técnicos del Proyecto de Ley y de la TV futura serán materia de próximos posteos.
*TV Digital intervenciones diputados. http://twitdoc.com/55S
Columna publicada en El Post 07/04/2011